TITULO DE CADA ENTRADA
¿QUÉ ERRORES PODEMOS COMETER A LA HORA DE ADAPTAR UN ASIENTO PÉLVICO A MEDIDA?
Un asiento pélvico fabricado a medida es una solución ideal para ayudar a mantener la sedestación en aquellos niños que no tienen suficiente control de tronco.
Hoy en día podemos encontrar tres grandes grupos de asientos pélvicos, también llamados corsés de asiento:
Asientos pélvicos elaborados en yeso: Se confeccionan con vendas de escayola, directamente sobre el cuerpo del paciente.

Luego se repasan los bordes, se deja secar y se decorara al gusto.
Asientos pélvicos fabricados en termoplástico: Se pueden elaborar a partir de un molde de yeso, que se rellena para obtener el molde positivo y luego se trabaja el plástico sobre este molde.

También se elaboran simplemente a partir de medidas antropométricas o bien con escaneado del paciente, para su posterior diseño y fabricación asistida por CAD-CAM.

Asientos pélvicos por impresión en 3D: Partiendo del escaneado del paciente, se diseña y se envía a la impresora para la fabricación aditiva (como se conoce a la impresión en 3D).

Cada una de estas opciones tiene sus ventajas y sus inconvenientes,
Pero no nos dejemos llevar por la técnica en sí, aquí lo importante es la valoración previa que realizamos del paciente:
¿Qué se pretende conseguir con el uso de un asiento pélvico?
¿Va a ser beneficioso para este paciente?
¿Cuándo y dónde lo va a usar?
¿Con qué ángulo de asiento-respaldo y abducción de miembros inferiores lo vamos a sentar?
¿Está informada la familia y de acuerdo con este tratamiento ortésico?

Por tanto, el error número 1 sería lanzarnos a tomar medidas para el asiento pélvico, sin previamente haber valorado todas estas cuestiones tan importantes.
Comenzar a tomar medidas para el asiento sin pensar antes en…
Pues eso, pensar en el para qué, el por qué y el cómo del asiento pélvico.
Podría pasar que nos lancemos a confeccionar un asiento pélvico y luego resulta que el ángulo de sedestación no es el adecuado, o que le hemos dado tanta apertura de piernas que el niño no lo tolera…
Algunas variables no se pueden controlar, pero sí podemos tener perfectamente claro, por ejemplo:
- Si queremos y podemos mantener una postura a 90º
- Si necesita una apertura del ángulo de sedestación por ejemplo a 95º-100º, para que la postura sea más pasiva y menos exigente.
Debemos valorar los pros y los contras de cada opción:
Por ejemplo, los asientos de yeso son una solución de bajo coste para facilitar la sedestación. Es accesible, porque se puede realizar por los terapeutas, sin necesidad de acudir a la ortopedia.
Es una solución “provisional” por lo que se acepta muy bien por la familia.
Resultan pesados para el transporte. En bebés no tanto, pero en niños más mayores, no compensa. También resultan duros al contacto, aunque puede ponerse acolchado interior.
La toma de molde con yeso, puede ser un circo, si el niño no colabora.
Actualmente, para la fabricación de asientos pélvicos contamos con técnicas mucho más cómodas, como el escaneado del paciente o toma de medidas antropométricas y podemos evitar que el niño pase por ese mal trago.
Mala adaptación del asiento pélvico al paciente
Cada una de las tres opciones de asiento pélvico a medida, puede ser adecuada, siempre que esté bien adaptada a ese paciente concreto.
Por ejemplo, un asiento de yeso, puede ser interesante como un primer corsé de asiento, pero si se prevé que el uso se va a prolongar en el tiempo, lo ideal es realizar un corsé de asiento en termoplástico.
Un asiento pélvico no sería una opción apropiada para un paciente que presente unas deformidades graves, con gibas prominentes y asimetrías muy marcadas… Porque necesitará más confort y podría beneficiarse por ejemplo de la comodidad de un asiento esponjoso a medida.
A veces, el asiento pélvico se utiliza sólo en momentos puntuales, por ejemplo para el trabajo en el aula.

En cambio, la mayoría de veces, estas posturas con una abducción tan marcada, no se pueden mantener a lo largo del día. Por tanto, si va a ser el asiento habitual del niño, debemos plantearnos una abducción más moderada, para que la aceptación sea mejor.
Inadecuada adaptación a la silla de ruedas
Además, es fundamental diseñar el asiento pensando en la silla de ruedas donde se va a adaptar. ¿Cuál es la abducción que la silla nos permite? Porque sabes que el diseño de los reposapiés puede condicionarnos totalmente este punto.
Y otra cosa más importante… ¿El ángulo de la silla permite la adaptación de este corsé?
Hay sillas que no tienen basculación ni reclinación, son con ángulo fijo entre asiento y respaldo, como las sillas paraguas, que en ocasiones dificultan la adaptación.

En esta imagen, vemos una silla paraguas con el ángulo entre asiento y respaldo menor de 90º, por lo que la colocación del asiento pélvico resultaba inestable.
Es cierto, que podemos jugar con cuñas de relleno y otro tipo de adaptaciones, pero hay que preverlo muy bien para que el conjunto quede estable y sobre todo la posición del niño sea la adecuada.
Asiento pélvico con una base inapropiada o inexistente
He visto cosas muy absurdas, como un asiento en termoplástico sin ninguna base que le proporcione estabilidad.
Esto es, como un tente tieso… a merced de cualquier movimiento…

Otro error podría ser el instalar el asiento en una base más grande que el propio asiento, por tanto el niño no puede doblar las piernas, o apoyar la cabeza en el respaldo de la silla, porque la propia base hace tope.
Una mala elección del material para el asiento pélvico
El grosor del plástico es importante, para los niños más grandes se necesita un material resistente, de lo contrario, con el uso podría ceder y deformarse.
En cambio, unas paredes del asiento excesivamente gruesas, van a resultar incómodas especialmente en el roce con la parte interna de los brazos.

Atención a la altura del respaldo en un asiento pélvico
La altura del respaldo y sobre todo de los laterales, a nivel de axilas, es clave para conseguir darle el soporte necesario (ni más ni menos) para que se mantenga recto y también le permita manipular con sus brazos.

En la prueba del asiento, vemos si hay que recortar de axilas (como se aprecia necesario en esta imagen) para que el niño pueda mover los brazos con comodidad.
No poner cinchas para sujetar al niño
Otro error que encuentro en los asientos pélvicos es el no instalar cinchas de sujeción para atar el corsé a la silla de ruedas o a cualquier silla.
O peor aún, no poner una cincha pélvica que sujete bien al niño al propio asiento, a nivel de cintura o desde las ingles. Sin esa sujeción, el corsé de asiento pierde toda su eficacia.

Seguro que existen muchos más posibles errores, pero por hoy lo voy a dejar aquí…
Si te ha sabido a poco, puedes aprender mucho más en este curso online:
¿Con qué problemas te has encontrado tú a la hora de adaptar un asiento pélvico?

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9 Comentarios. Dejar nuevo
Muy interesante. Gracias!
Muchas gracias a ti, Laura!
Me alegro de que te haya parecido interesante
Un abrazo!
Gracias por tus palabras Laura!
Me dais mucha energía para seguir preparando contenidos 😉
Un besote!
Como siempre buenísimo aporte Gloria!
Mil gracias
Como siempre, muy interesante y enriquecedor
Excelentes observaciones. Gracias por compartir. Saludos Gloria
Muchas gracias por la información tan valiosa para nuestro trabajo de cada día.
Gracias x tu aporte,…aveces me encuentro con ortesis ya obsoletas que no cumplen la función que buscamos para el paciente,trato de informar al usuario o al paciente,es una forma de brindarle la ayuda adecuada.
Gracias a ti,
La verdad es que en ese caso mejor no utilizar ninguna ortesis, antes que usar una que no esté haciendo una correcta función.
Saludos!